La primera semana de febrero nos volvimos a reunir con un gran tema pendiente: la sesión para compartir sensaciones sobre Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea escrita por Annabel Pitcher.
Una historia en la que todos coincidimos en que el humor es nuestro salvavidas en momentos de crisis, así como no podríamos leer algo así sin conocer la perspectiva del niño protagonista. Es él quién nos muestra como todo su mundo está roto y aún así conseguimos sonreír cuando, por ejemplo, piensa en su camiseta de Spiderman y se siente invencible en mitad del desastre.
Debatimos acerca de la homofobia y racismo con los que se crían los menores a causa del trauma que deja la muerte de su hermana en un atentado años atrás. Todos pensamos que los padres fallaron en su papel por todo lo que habían sufrido, pero no logramos acordar a quién preferimos como responsable de los dos hermanos ya que son ellos dos, los que se mantienen unidos sin que sus padres sepan cómo gestionar nada de lo que sucede.
Podríamos haber hablado sobre el libro y sus personajes durante horas, pero el tiempo apremiaba y faltaba cerrar el orden del día de la próxima reunión: acordamos que recomendaríamos cada uno una de nuestras lecturas favoritas y seguramente elegiríamos una de ellas como siguiente a leer.
Por Victoria Hernández Toribio.
